GRUPO DE JUEGOS

El déficit de naturaleza se describe en la devaluación de los sentidos, dificultades de atención y elevados índice de enfermedad física, mental y emocional. Por ello es urgente atender la necesidad natural que tienen los niñ@s de relacionarse con la Tierra.

EL grupo de juego Lilhah es un espacio donde los niños y niñas conectan con la naturaleza, imaginan, crean exploran,… a través del juego no dirigido y espontáneo. Un lugar para la amistad, la cooperación y el desarrollo de habilidades sociales. Propuestas de actividades vivenciales en cada jornada acerca a l@s niñ@s a la naturaleza, de manera que tanto la mente como el corazón se estimulan conjuntamente.

¿Por qué el juego libre?

 Muchas de las experiencias y conocimientos esenciales de nuestra vida los adquirimos jugando, al aire libre y en contacto con la naturaleza. El principal catalizador del desarrollo de l@s niñ@s, especialmente en la edad de 0 a 6 años, es el juego. Jugando el niño se descubre a sí mismo, desarrolla su personalidad y autonomía, asimila y aprende lo que vive, se adapta al mundo que le rodea, revive sus experiencias y descarga tensiones. Es la forma que tienen de descubrir, experimentar, explorar, crear, conocer el mundo que le rodea, …

Siendo así, es preocupante sentir que nos hemos ido alejando paulatinamente de ella arrastrados por un sistema en el que la tecnología ha tomado el mando de nuestras vidas. Por ello, es urgente y vital el acercamiento de las actuales generaciones al entorno natural,  sobre todo en la primera y segunda infancia, experimientar-se, conectar-se, donde el juego libre lidere el tiempo y que las personas que trabajan en él, acompañen desde el Amor y el Respeto las demandas de conocimiento y desarrollo de los niños y niñas, aprovechando al mismo tiempo las abundantes oportunidades de aprendizaje que ofrece la Naturaleza.

Por ello es importante crear espacios para el juego espontáneo desde el acompañamiento no directivo, atento y respetuoso. Este acompañamiento está basado en la escucha y el respeto profundo al niñ@, a sus intereses y necesidades, a su ritmo individual de desarrollo. Se parte de la confianza en las capacidades personales de cada cual y del respeto a su personalidad. Así, la relación que el adulto establece con l@s niñ@s es cálida, afectuosa, de aceptación de la forma de ser, de expresarse, de manifestarse, de sentir… de cada un@. Un acompañamiento que le acoge y no les juzga, recordándole los límites que van a permitir una convivencia armoniosa y relajada.

Los niños y niñas necesitan habitar y experimentar con todos sus sentidos para comprender, sentir y aprender del mundo que les rodea; así es como el ser humano está diseñado desde que nace. Si no conocemos nuestro entorno, no podemos amarlo y protegerlo y por tanto los conceptos de sostenibilidad quedarán en algo abstracto y difícil de integrar y desarrollar.

“Para crear una sociedad que de verdad ame y reverencie el mundo natural, debemos ofrecer a sus ciudadanos experiencias en la naturaleza que sean transformadoras”.

Joseph Bharat Cornell